El jugador del Louisville se rompió la tibia y el peroné tras tratar de taponar un triple
Madrid.- Se llama Kevin Ware y, pese a ser un jugador de la Liga universitaria americana de baloncesto, su nombre resuena hoy con fuerza en todo el mundo. Y todo por una espeluznante lesión que resulta imposible ver sin que un escalofrío te recorra todo el cuerpo.
Quedaban 6:40 minutos para llegar al descanso de la final del Medio Oeste del Torneo NCAA que disputaban el Louisville y el Duke.
Kevin Ware, de 20 años, criado en el Bronx y jugador del primer equipo,
saltó para tratar de taponar un triple de un rival y al tocar el suelo
en el aterrizaje se partió la pierna derecha.
Al ver cómo había quedado la rodilla de Ware -la tibia asomaba sobre la piel-, el espanto se instaló en la cancha. La reacción de sus compañeros, su entrenador y los rivales fue verdaderamente dramática, con jugadores llevándose las manos a la cabeza e incluso llorando y tirándose al suelo conmocionados. La cadena CBS, la encargada de transmitir el partido, decidió no repetir más el vídeo de la lesión ante lo aterrador de las imágenes.
Tras ser atendido en la pista y taparle su pierna con una toalla, el jugador, que parecía el más tranquilo de todos los que estaban allí, fue sacado en camilla e ingresado en el Hospital Health Methodist de Indianápolis, donde fue operado de urgencia con éxito.
Antes de abandonar la cancha, lanzó un mensaje a sus compañeros que les ayudó a derrotar a Duke y colarse en la Final Four, que tendrá lugar el 6 de abril: “No os preocupéis por mí. Estaré bien, así que vosotros ganad esto”. Una vez concluido el encuentro, sus compañeros recogieron el trofeo de campeones regionales mostrando una camiseta de Ware y posteriormente fueron todos al hospital a compartir con el título con él.
Al ver cómo había quedado la rodilla de Ware -la tibia asomaba sobre la piel-, el espanto se instaló en la cancha. La reacción de sus compañeros, su entrenador y los rivales fue verdaderamente dramática, con jugadores llevándose las manos a la cabeza e incluso llorando y tirándose al suelo conmocionados. La cadena CBS, la encargada de transmitir el partido, decidió no repetir más el vídeo de la lesión ante lo aterrador de las imágenes.
Tras ser atendido en la pista y taparle su pierna con una toalla, el jugador, que parecía el más tranquilo de todos los que estaban allí, fue sacado en camilla e ingresado en el Hospital Health Methodist de Indianápolis, donde fue operado de urgencia con éxito.
Antes de abandonar la cancha, lanzó un mensaje a sus compañeros que les ayudó a derrotar a Duke y colarse en la Final Four, que tendrá lugar el 6 de abril: “No os preocupéis por mí. Estaré bien, así que vosotros ganad esto”. Una vez concluido el encuentro, sus compañeros recogieron el trofeo de campeones regionales mostrando una camiseta de Ware y posteriormente fueron todos al hospital a compartir con el título con él.