Era dueño de una clínica de fertilidad británica y usaba su propio esperma para dejar embarazadas a mujeres
LVL
martes, 10 de abril de 2012, 13:35
David Gollancz tenía 12 años cuando en 1965 sus padres le dijeron que le habían concebido a través de inseminación artificial, aunque no le dijeron quién era su padre biológico. Siendo ya adulto, este abogado londinense se sorprendió por su gran parecido con Bertold Weisner y en pos de conocer sus verdaderos orígenes, solicitó una prueba de ADN que confirmó su hipótesis.
La sorpresa llegó cuando en 2007 se realizaron pruebas a otras 18 personas concebidas en la clínica entre 1942 y 1962 y los resultados arrojaron que 12 de ellos, es decir, dos tercios, eran hijos del propio Wiesner.
En declaraciones al diario ‘The Sunday Times’, Gollancz asegura que un cálculo conservador hace pensar que entre 300 y 600 de los 1.500 bebés concebidos en la clínica mientras estuvo abierta desde los años cuarenta a mediados de los años sesenta, pueden ser hijos del médico, que murió en 1972 a la edad de 70 años. El caso plantea incluso la posibilidad de que algunos de esos 600 hijos se hayan podido casar entre ellos y hayan concebido a su vez hijos con los riesgos habituales en las parejas consanguíneas.
Se prevé que las investigaciones duren varios años ya que la mujer del médico, Mary Barton, destruyó todas las pruebas de las innumerables donaciones de esperma del marido.
> En la imagen, Bertold Weisner.
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