Un documental desvela la historia de dos conocidas hermanas de Santiago
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Imagen (Archiper) |
Salían cada día a pasear por las mismas calles de Santiago, siempre a
las dos en punto, arregladas con una ropa y un maquillaje tan colorido
como extravagante. Todavía hay mucha gente en la ciudad que recuerda a
las inseparables hermanas Coralia y Maruxa, más conocidas como Las Marías,
dos emblemáticos personajes de Compostela a los que las nuevas
generaciones sólo conocen por la estatua que les rinde homenaje en la
entrada del parque de la Alameda.
Pero bajo esa fama de locura que les precede hasta hoy, escondían un
drama personal que no todos conocen, con la Guerra Civil como telón de
fondo. Así lo recoge el documental Coralia e Maruxa, as irmás Fandiño,
de Xosé Rivadulla Corcón, para cuya elaboración ha contado con
testimonios de personas como Encarna Otero, Xosé Luis Bernal o Dionisio
Pereira.
Nacieron en una familia obrera de 11 hermanos, tres de ellos
destacados miembros de la CNT .El documental relata cómo tras el
estallido de la Guerra Civil, asesinan a uno de ellos mientras que los
otros dos consiguen huir. La pesadilla para las hermanas comenzó cuando
los falangistas trataron de utilizar a la familia para averiguar su
paradero. A horas intempestivas de la noche, llegaban a la casa de los
Fandiño, registraban y desbarataban la vivienda, desnudaban en la vía
pública a las hermanas para humillarlas y las subían al monte Pedroso de
Santiago. "No está demostrado, pero hay gente que afirma que las
llegaron a torturar e incluso a violar", explica Rivadulla.
Con poco más 20 años y sin haberse metido con nadie, la vida de Las Marías
se convierte en un mal sueño que se prolongará desde el inicio de la
guerra hasta mediados de los años 40. Rivadulla señala que esos malos
tratos continuados fueron la causa de la locura que ambas sufrieron,
porque "antes no eran así". Finalmente los hermanos huidos fueron
arrestados y cesó la presión sobre las Fandiño. Aun así, su situación económica era muy precaria. Las hermanas
dejaron de trabajar como costureras, oficio que venían desempeñando
junto a su madre, porque los clientes dejaron de llevarles ropa "por ser
una familia anarquista, por miedo a significarse". Vivían en parte
gracias a la caridad de los vecinos. No les ayudaban de forma directa,
porque quienes las conocían sabían que no aceptarían una limosna, sino
que les dejaban de forma anónima pequeñas cantidades de dinero en
distintos comercios, en los que después ellas compraban. La solidaridad de los vecinos se puso a prueba a principios de los
60, cuando un temporal tiró abajo el tejado de la casa de las Fandiño.
Enseguida se organizó una gran colecta entre los vecinos de Santiago y
se llegaron a juntar 250.000 pesetas. "Es espectacular", dice Rivadulla,
"porque en la época eso es lo que costaba un piso".
"Manifestaron su locura mostrándose rebeldes contra la sociedad", afirma el autor. Las Marías
nunca pasaron desapercibidas, no sólo por su llamativa vestimenta y sus
rostros maquillados con polvos de arroz, sino por su actitud. "Ellas
piropeaban a los hombres algo que, por supuesto, no se le ocurría a
ninguna otra mujer. Siempre manifestaban que todos los hombres se
enamoraban de ellas y flirteaban con los estudiantes". En contra de lo
que pueda parecer, eran muy diferentes: Coralia, la menor y más alta,
era tímida y poco habladora, mientras que Maruxa, más pequeña aunque de
más edad, era la que llevaba la voz cantante.
La opinión del autor del documental es que las hermanas desempeñaron,
posiblemente sin saberlo, una papel fundamental en esa época de
represión. "Mucha gente que se sentía ahogada por el régimen y que no se
rebelaba por temor a represalias, veían en Las Marías ese
grito de libertad". Cuando en 1980 falleció Maruxa, Coralia se fue a
vivir con otra hermana a A Coruña, ciudad a la que nunca se adaptó.
Murió tres años más tarde después de preguntar muchas veces cuál era el
camino para volver a Santiago.
* Este articulo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de abril de 2008 en el PAIS Galicia
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Coralia y Maruxa Fandiño, Las Marías, paseando por Santiago en una imagen atribuída a Xoxé Guitián. |
María Fábregas
Santiago
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